Crónica del arranque del 18 Festival de Málaga Cine Español
Tras doce horas de viaje ponemos los pies en tierras malagueñas. Emotividad. Cansancio. Ilusión. Mucha ilusión.
Técnicos de iluminación y sonido, azafatas, promotores, cámaras, hombres y mujeres caminando aquí y allí con el fin de dejarlo todo preparado protagonizaban –inconscientes– un único plano secuencia que incluso podía considerarse un homenaje a la película inaugural: Hablar, del director Joaquin Oristrell. La productora Aquí y Allí Films no tuvo suficiente dejándonos boquiabiertos con la película Magical Girl en el pasado Festival de San Sebastián sino que el equipo vuelve a regalarnos un largometraje creativo y original que nos recuerda que lo del año pasado no fue casualidad.
La proyección de esta película, no obstante, es solo el inicio de las múltiples producciones, secciones y actividades que ofrecería la ciudad. La visualización de cortometrajes en el Cine Albéniz era una de ellas: Curricán, Rubita, It Girl. Los pequeños – y no por eso pobres- cortos nos abrieron el apetito. Cine, cine y más cine; no podía ser de otra manera. “En nuestra tapa Kill Bill utilizamos la guindilla y los aros fritos para darle un punto salvaje y una salsa con pimentón como ingrediente base para mostrar el color de la sangre que caracteriza la película” nos explica la chef del bar La Española. Este bar es uno de los 31 bares partícipes del concurso gastronómico a la mejor tapa de cine, donde el vencedor es escogido por aquellos que se atreven a probarlas. Son los degustadores aquellos quienes deciden, a gusto del paladar, cuántos puntos – aquí llamados cámaras- dan al establecimiento. Además, por cada tres tapas consiguen una invitación VIP para asistir a la terraza del Teatro Cervantes y así poder disfrutar de unas vistas privilegiadas a la alfombra roja.
Pronto curiosos y espectadores empezaron a llenar la plaza del Teatro Cervantes: la alfombra roja daba su comienzo a las 19.00. José Coronado, Antonio de la Torre, Unax Ugalde, Peter Vives, Asier Etxeandia… entre muchos otros, desfilaron orgullosos de sus participaciones en las diferentes producciones, y aunque no duró poco, todos ellos acabaron su recorrido de la alfombra en el interior del teatro para dar comienzo a la gala inaugural.
Enseguida la luz de los focos dejó de brillar y la pantalla de Cruzcampo –empresa patrocinadora del festival- pasó a ser el centro de todas las miradas. Y no era para menos, ya que proyectaba la gala en directo, que en principio daba fin al primer día del festival. Sin embargo no eran pocas las propuestas que la noche malagueña ofrecía: bares – más o menos tranquilos-, fiestas y terrazas…Todas y cada una de ellas con el arte, que en esta ciudad, no puede faltar.
Alba González Prieto