¡Hola! He vuelto, y muy triste, pero que mucho.

Hace unas semanas fui al cine a ver Contagio, de Steven Soderbergh, una película espléndida, pero estoy triste porque dieron un trailer del remake de La cosa de Carpenter… ¡Eso no se puede hacer!



Sí -me diréis-, la de Carpenter también era un remake… Pero el director de Comisaría del distrito 13 le dio otro toque, el toque Carpenter, y la convirtió en una obra maestra intachable que la otra no era. John Carpenter es un creador, un mago del cine, un hombre que tiene el cine en la sangre y su carrera así lo demuestra… No me andaré por las ramas: el trailer te hacía pensar en un plagio de la original pero a lo cutre, pero ésa no es la cuestión de mi artículo.

Hay cosas en la vida que no se deberían tocar, como colorear el Guernica o Casablanca, como ya hicieron -os juro que lo hicieron-, hay cosas que hay que dejar para la posteridad infinita, pero lo han vuelto a hacer, como los Cohen con El quinteto de la muerte. ¡Ya sólo faltaría que hicieran lo mismo con La naranja mecánica o La diligencia!

¿A dónde hemos llegado? ¡Han mancillado La cosa, uno de los iconos de culto de los años 80, los que hicieron pasar miedo y claustrofia al más pintado, con unos efectos insuperables, ¡y sin ordenador! Un film que tenemos tan adentro que aún vemos un perro en la nieve y pensamos que se va a convertir en La cosa.

Está claro que Hollywood està de capa caida en cuanto a imaginación, pero eso no es culpa nuestra… ¿¿¿Por qué nos hacen esto??? Que hagan un remake de Desaparecido en combate de Chuck Norris, o del Pato Howard de Lucas y dejen tranquilas a nuestras obras maestras rotundas. Esto demuestrá aún más mi teoría de que no les importa el cine como arte, sino únicamente el dinero fácil. Contestadme una pregunta: ¿Por qué eligen estas pelis “sagradas” y no otras que sí que se pueden mejorar? Respuesta: porque saben que la nostalgia nos va a hacer ir al cine, ¡y ése será nuestro fallo!

Así que hago una proposición a los indignados de Plaza Catalunya: hagamos otra manifestación para que nadie vaya a ver el remake de La cosa. ¡Ah, perdón! Estamos en España y la cultura no interesa…

En resumen: ¡No hay derecho! Hay una ley que prohíbe fumar donde tú quieras, hay otra ley que te obliga a no mear en la calle (por cierto, a un perro sí que le dejan), y, sin embargo, no hay una ley que prohíba tocar “nuestras” obras de arte. ¡Sí, sí, nuestras: nos pertenecen a todos! Deberían ser patrimonio de la humanidad. Algunos pensarán que soy un exagerado, pero los buenos carpenterianos saben que no.

¡Vaya! Igual que critico todo esto, voy a intentar dar una solución. ¿Por qué narices no reestrenan La cosa del maestro Carpenter y solucionado el problema? El dinero que se han gastado en el remake -no es exactamente un remake: le llaman precuela- lo utilizan para otra película, estrujándose un poco el cerebrito… Y es que seguro (¡pero seguro, eh!) que las salas se llenarían más con la versión de 1982.

Bueno camaradas, lo único que me queda por decir es que los que no hayais visto la del Carpenter no os la perdáis, y que aquí os dejo un trocito de ella, que seguro que es mejor que la nueva, toda entera:


Y que la vida sigue pero, según mi opinión, el cine, que es mi segundo corazón, está tristemente herido. Espero que se nos entienda, a los carpenterianos


NOTA: SEAMOS CONSECUENTES CON LAS OBRAS MAESTRAS Y DEJEMOS DE MANCHARLAS CON COPIAS INNECESARIAS Y DESARROLLEMOS NUESTRA CREATIVIDAD. WOODY ALLEN HACE UNA PELÍCULA CADA AÑO Y NO HACE REMAKES. POR FAVOR, HACED DINERO CON LAS PELIS, PERO NO A COSTA DE NUESTRAS OBRAS DE ARTE, HECHAS POR CINEASTAS QUE NO PRIORIZARON EL DINERO SINO SU ESTILO Y SU AMOR AL CINE. TE QUIERO, JOHN CARPENTER, POR TODO LO QUE ME HAS DADO. ¡JAMAS NOS QUITARÁN TU THE THING!